- Sus lentes obscuros descansaban sobre el escritorio del aula , reflejando la horrorosa escena del crimen … ¿quién podría imaginar que el dueño de unas gafas como aquellas , podría ser capaz de cometer tal atrocidad? Nadie.
Hacía apenas dos semanas que la directora de la escuela bilingüe mixta, había firmado un contrato con el señor Dionisio Tiacher para que éste impartiera el curso de Historia universal al segundo y tercer grado de primaria. Todo había transcurrido muy bien desde ese día, por lo que la directora estaba muy complacida con la decisión que había tomado; eso sin nunca imaginar el espantoso suceso que se llevaría a cabo quince días después…
El señor Tiacher era un hombre amable; No muy atractivo, pero cariñoso; bajito y con un tanto de sobrepeso ; y los únicos cabellos que habitaban en toda su redonda cabeza eran los pertenecientes a una , extrañamente , abundante manada de crispados cabellos que conformaban su bigote. Tenía un par de ojos grises que inspiraban mucha ternura y vestía siempre un saco café con parches en los hombros y unos pantalones un tanto más obscuros, de un material algo así como gamuza. Era un hombre pulcro y ordenado , quizás el hecho de no tener una mujer a su lado que tomara este papel , lo obligó a ser así . Lo único que no concordaba con el “look” de profesional del profesor Tiacher era su famoso par de gafas obscuras marca “Gutcci” .
Algunos decían que sus gafas eran su modo de expresar la clásica rebeldía que acosa a todo hombre a la llegada de los cuarenta años; otros decían que era su manera de tratar de verse “cool” ante los demás jóvenes ; Lo que es un hecho es que sus lentes obscuros iban con él a todas partes y hoy , lo delataban como el autor del crimen cometido en el salón de clases 401 .
La primera en encontrar el cadáver hecho pedazos de Yani fue la directora de la escuela, y lamentó enormemente hallar los anteojos del profesor Tiacher en el escritorio donde, aparentemente , todo había ocurrido.
Al señor Tiacher nunca le agradó la idea de Yani , desde el primer día expreso su desagrado ante éste , y cada viernes lo dejaba notar aún más , pero nadie nunca imaginó que fuera capaz de un hecho tal … como la destrucción.
La directora lamento las consecuencias que el profesor Tiacher ahora tendría que afrontar: debería , literalmente, pagar por los daños ocasionados.
Cuando apenas la directora comenzaba a recuperarse de su asombro, arribaron algunos de los alumnos de la escuela y tras admirar por un momento el cuerpo inerte de yani pensaron: “ pobre el profesor Tiacher , ahora el tendrá que , con sus propias manos , reconstruir a su peor enemigo … Su disfraz de mascota del equipo de Fútbol .
Por: Andrea Ovalle Menes
miércoles, 23 de septiembre de 2009
Las putas de mi barrio
“A razón de saber que él fue el que se echó a mi hermano, decidí venir hasta acá y arriesgar mi pescuezo con tal de conseguir la venganza que mi Joaquín se merece. Me Llamo Elvira Manchado y laboro como puta para algunos hombres de poder en la Limonada. Antes de que pretenda arrestarme quiero recordarle que mi trabajo me da acceso a ciertas informaciones, que a usted, señor oficial, le convendría saber.
De entre mis clientes, el más importante es el “El Tortrix”, que es el líder de la “clika” (Ramificación de, en este caso, la mara Salvatrucha) más grande y peligrosa de allá por donde yo vivo. La neta está así: note desde aquí señor policía que estoy por entregarle unas informaciones que me han de costar la vida, por lo que espero que usté cumpla bien con su trabajo y mande a esos cabrones a pudrirse en una cárcel, les mate a sus “batos” o al menos les sonsaque unas grandes cantidades de pisto a los hijueputas.
El Nombre verdadero de “El Tortrix” es Patíbulo Lazcas, es enano el cerote, de piel morena, ojos grises y aliento a marrano, tiene por allí como 18 años y ahorita mismo si quiere le proporciono su dirección. Para que tenga pruebas y no haga viaje hasta allá en vano, le voy a contar un par de cositas para que se consiga una su evidencia para meterlo al bote:
Si usté agarra camino para la casa de él, en el patio de atrás y debajo de una pila roja que parece estar bien pegada al piso, hay un hueco grandote en donde guardan unas sus armas, dinero en efectivo, cosas robadas y a veces un su par de quintales de la coca mas buena que pueda conseguir por acá . Por si eso no le es suficiente, unas calles más abajo en la casa de “el ganso” va a encontrar que tienen unas bolsas de basura llenas de gente a pedacitos, entre los que se encuentra mi hermano, y de las cuales no se han deshecho todavía. Y por si le sirve de algo y para que complete esta mi declaración, quiero contarle que una información muy importante es que el dichoso “Tortrix” es medio hueco, para que pase el chisme por la cárcel y así le echen un su par de trabajitos al niño durante su estadía…”
Este es un fragmento de la declaración de Elvira Manchado, quien ingenuamente creyó que la policía podría ayudarla a conseguir su venganza. Dos días después, y en una bolsa negra de basura, apareció la prostituta violada, acribillada, torturada, sin venganza alguna y cortada en pedazos; con una copia de su declaración hecha una bola, metida en su boca e ilegible y las palabras “puta ingenua” talladas con un vidrio en cada una de las piezas del rompecabezas que, alguna vez conformaron su cuerpo de mujer.
Por: Andrea Ovalle Menes
De entre mis clientes, el más importante es el “El Tortrix”, que es el líder de la “clika” (Ramificación de, en este caso, la mara Salvatrucha) más grande y peligrosa de allá por donde yo vivo. La neta está así: note desde aquí señor policía que estoy por entregarle unas informaciones que me han de costar la vida, por lo que espero que usté cumpla bien con su trabajo y mande a esos cabrones a pudrirse en una cárcel, les mate a sus “batos” o al menos les sonsaque unas grandes cantidades de pisto a los hijueputas.
El Nombre verdadero de “El Tortrix” es Patíbulo Lazcas, es enano el cerote, de piel morena, ojos grises y aliento a marrano, tiene por allí como 18 años y ahorita mismo si quiere le proporciono su dirección. Para que tenga pruebas y no haga viaje hasta allá en vano, le voy a contar un par de cositas para que se consiga una su evidencia para meterlo al bote:
Si usté agarra camino para la casa de él, en el patio de atrás y debajo de una pila roja que parece estar bien pegada al piso, hay un hueco grandote en donde guardan unas sus armas, dinero en efectivo, cosas robadas y a veces un su par de quintales de la coca mas buena que pueda conseguir por acá . Por si eso no le es suficiente, unas calles más abajo en la casa de “el ganso” va a encontrar que tienen unas bolsas de basura llenas de gente a pedacitos, entre los que se encuentra mi hermano, y de las cuales no se han deshecho todavía. Y por si le sirve de algo y para que complete esta mi declaración, quiero contarle que una información muy importante es que el dichoso “Tortrix” es medio hueco, para que pase el chisme por la cárcel y así le echen un su par de trabajitos al niño durante su estadía…”
Este es un fragmento de la declaración de Elvira Manchado, quien ingenuamente creyó que la policía podría ayudarla a conseguir su venganza. Dos días después, y en una bolsa negra de basura, apareció la prostituta violada, acribillada, torturada, sin venganza alguna y cortada en pedazos; con una copia de su declaración hecha una bola, metida en su boca e ilegible y las palabras “puta ingenua” talladas con un vidrio en cada una de las piezas del rompecabezas que, alguna vez conformaron su cuerpo de mujer.
Por: Andrea Ovalle Menes
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